PRESENTACIÓN

El umbral del tercer milenio ha traído consigo la revolución científico-tecnológica, la globalización del planeta y la urgencia de hacer sostenible el desarrollo.   Los países con índices positivos de desarrollo humano y altamente informatizados ya han comenzado a cimentar alianzas entre naciones, alianzas con la tecnología y con la naturaleza: todo en beneficio de su propio desarrollo. Es un cambio de paradigma en la forma de ver el mundo. Es la manera de buscar un nuevo humanismo, calidad de vida y competitividad.

Costa Rica no puede permanecer pasiva ante los acontecimientos mundiales.   Debemos ser constructores de lo que pasa en este nuevo paradigma global.   O nos ponemos a la delantera o tendremos severas dificultades para encontrar una posición digna en las alianzas que debemos procurar con las naciones, con las humanidades, las ciencias naturales y sociales, con la tecnología y con la naturaleza.

Para tomar esta delantera, todos los costarricenses -y muy especialmente los costarricenses del Siglo XXI que hoy son estudiantes- debemos desarrollar una actitud activa ante el cambio y ante la forma en que pensamos sobre el mundo.   Por un lado, es importante que, más que solamente adaptamos, podamos anticiparnos a los cambios.   Y por otro lado, es necesario que asumamos un pensamiento integrador.

Indudablemente es a través de la educación que se construyen los conocimientos necesarios para el cambio de actitudes y el desarrollo del pensamiento. Por esto, y para responder en forma anticipada a estos grandes retos que enfrenta Costa Rica al finalizar el Siglo XX, es que el Ministerio de Educación Pública ha propuesto la Política Educativa hacia el Siglo XXI, que fue aprobada por el Consejo Superior de Educación el 8 de noviembre de 1994, la que propone una Etica del Desarrollo Sostenible y, con una visión humanista, reconoce la necesidad de la construcción y reconstrucción del pensamiento racional, científico y sistemático.

Seis elementos interrelacionados y coherentes componen la Política Educativa hacia el Siglo XXI. La acción mutua de estos seis elementos podrá contribuir a generar la educación que requiere el país para enfrentar las demandas del Siglo que se avecina:   Programas de Estudio, Capacitación y Formación de Docentes, Evaluación, Libros de texto y otros recursos didácticos. Mediación docente, Intermediación gerencial.

Estos establecen los objetivos que orientarán la tarea educativa; reflejan el procedimiento para la construcción del conocimiento de los objetos de estudio; evidencian el contenido de este conocimiento;

rescatan los valores y actitudes que se desprenden de una acción educativa, y explican algunos indicadores que permitirán evaluar el aprendizaje de los estudiantes.

Se presenta así una visión integral de la acción pedagógica:   Objetivos, Contenidos, Procedimientos, Valores y Actitudes, y Criterios de Evaluación.

Los Programas de Estudio constituyen el proyecto de lo que debe ser la labor educativa en el aula, son la perspectiva, la expectativa, es decir, lo que se espera que se construya, que se aprenda, que se desarrolle. Los Programas de Estudio son la visión del pedagogo, como los planos lo son del ingeniero o el arquitecto. Más aún, son la herramienta del pedagogo, como el bisturí lo es del cirujano.

El Ministerio de Educación Pública pone en manos del docente esta herramienta, como una contribución para mejorar la calidad de la labor que desempeñan en el aula, y con la esperanza de que sirva de guia para conseguir la formación que requieren los ciudadanos y ciudadanas que enfrentan el Siglo XXI.

 

EDUARDO DORYAN GARRÓN MINISTRO DE EDUCACIÓN PUBLICA